Una nueva selección y traducción de los primeros poemas de William Carlos Williams hasta 1923. Incluye piezas memorables como El lamento de la viuda en primavera, La gran cifra, La carretilla roja y La acacia en flor.
Aquí una muestra de lo que encontrarás en él:
DOS ASPECTOS DE ABRIL
1
Nada es más cierto que la flor—
y aún mejor, a veces, son aquellas
que empiezan a brotar directamente desde
la dureza de los jardines baldíos—el azafrán
irrumpiendo, los narcisos atestando
un espacio pisoteado, y una vez vi
unos junquillos, olvidados, enterrados bajo
un nuevo camino, cubiertos de piedras
trituradas
pero aún así insumisos, alzándose
en graciosas florescencias—
2
—y después de diez años finalmente
aplanaron el campo trasero de la preparatoria,
preparándolo para propósitos atléticos—
Incluso reacomodaron la jaula de béisbol
—no demasiado bien, ya que dejó un
jardín izquierdo un tanto más corto, pero al
menos
algo se logró— Así
es abril. Despierta, hace
las cosas, tan bien como le es posible
hacerlas—tras el adormecimiento del invierno—
¡Buena suerte, 1932! Es tu turno ahora.
RETRATO DE UNA DAMA
Tus muslos son manzanos
cuyas flores rozan el cielo.
¿Cuál cielo? El cielo en el que
Watteau colgó la zapatilla
de una dama. Tus rodillas
son una brisa del sur —o
una ráfaga de nieve. ¡Agh! ¿Qué
clase de hombre era Fragonard?—
como si eso respondiera
a algo. Ah, sí —debajo
de las rodillas, ya que la canción
va por ahí, hay
uno de esos días blancos de verano,
el alto césped de tus tobillos
destella sobre la costa—
¿Cuál costa?
Agh, pétalos, quizás. ¿Cómo
podría saberlo?
¿Cuál costa? ¿Cuál costa?
He dicho los pétalos de un manzano.
Dos aspectos de abril y otros poemas tempranos
William Carlos Williams